Meterse con Juniper Lamorte es un viaje. No vas a ir a ninguna parte, probablemente por momentos no entiendas todo-lo-que-pasa-al-mismo-tiempo en esta historia pero no tiene importancia: la edición y el ritmo harán su parte. El guión es único, insólito, no hay dos así en el mundo del podcast. Y no puedo describir mucho más, aunque lo intentaré ya que es lo que hago en estas líneas.
Juniper Lamorte es antes que nada una creación de June Curiel, y una creación muy particular: un personaje hipocondríaco, que ante cada situación evalúa la muerte. La propia, por un lado, que se le aparece de mil formas y es infinita su capacidad de pensarse muriendo por distintos motivos. Y la de otros, ya que se dedica a ser asesina a sueldo. Además, todo ocurre en un mundo muy parecido al nuestro (de hecho aparecen personajes reales, ficcionalizados o no) con mucho más cinismo, con algo más de humor (del que nos está faltando a veces) y con un aura especial, distorsionada, gris.
Escuché los seis episodios lanzados en 2020 como primera temporada, en los que Juniper Lamorte: habla en forma casi permanente con su asistente de voz, Trini; busca y encuentra personas para asesinar enviada por "La Corporación", una entidad que no se parece a ninguna y que se parece a muchas; consume drogas recetadas en cantidad y se automedica otro tanto; viaja de Barcelona a Bruselas, o a ciudades que se les parecen mucho; putea, insulta y maldice ante casi todas las situaciones (cosa que celebro, difícil encontrar una "mala palabra" en los podcasts); y va descubriendo cosas de su mundo y del nuestro, siempre cargada de acidez.
Puede gustar o no, yo me encuentro para siempre en el primer grupo. June Curiel construyó un mundo, un personaje único (una dupla, con la voz artificial de Trini) y lo llenó de efectos, de músicas, intrigas, delirios, asesinatos, personajes secundarios extravagantes, guiños constantes (e inabarcables); también de canciones, a razón de una por episodio, en un giro hasta diría almodovariano que cierra cada entrega. De yapa: al promediar la temporada aparece el coronavirus para disparar la hipocondría de Juniper a niveles elevadísimos, también trayendo algo de humor a esta pandemia que sigue entre nosotros.
☞ Entrevista a June Curiel en el segmento de Eugenio Viñas del programa A golpe de micro de Valencia Plaza Radio: cuenta varias cosas del proceso de producción de un podcast tan elaborado, con una edición tan compleja, y una experiencia interesante: dejar descansar varios días la edición de los episodios antes de dar las puntadas finales.
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Juniper Lamorte es antes que nada una creación de June Curiel, y una creación muy particular: un personaje hipocondríaco, que ante cada situación evalúa la muerte. La propia, por un lado, que se le aparece de mil formas y es infinita su capacidad de pensarse muriendo por distintos motivos. Y la de otros, ya que se dedica a ser asesina a sueldo. Además, todo ocurre en un mundo muy parecido al nuestro (de hecho aparecen personajes reales, ficcionalizados o no) con mucho más cinismo, con algo más de humor (del que nos está faltando a veces) y con un aura especial, distorsionada, gris.
Escuché los seis episodios lanzados en 2020 como primera temporada, en los que Juniper Lamorte: habla en forma casi permanente con su asistente de voz, Trini; busca y encuentra personas para asesinar enviada por "La Corporación", una entidad que no se parece a ninguna y que se parece a muchas; consume drogas recetadas en cantidad y se automedica otro tanto; viaja de Barcelona a Bruselas, o a ciudades que se les parecen mucho; putea, insulta y maldice ante casi todas las situaciones (cosa que celebro, difícil encontrar una "mala palabra" en los podcasts); y va descubriendo cosas de su mundo y del nuestro, siempre cargada de acidez.
Puede gustar o no, yo me encuentro para siempre en el primer grupo. June Curiel construyó un mundo, un personaje único (una dupla, con la voz artificial de Trini) y lo llenó de efectos, de músicas, intrigas, delirios, asesinatos, personajes secundarios extravagantes, guiños constantes (e inabarcables); también de canciones, a razón de una por episodio, en un giro hasta diría almodovariano que cierra cada entrega. De yapa: al promediar la temporada aparece el coronavirus para disparar la hipocondría de Juniper a niveles elevadísimos, también trayendo algo de humor a esta pandemia que sigue entre nosotros.
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