En Escucha Podcast #73, me propuse una tarea tan difícil como necesaria: tratar de definir en qué consiste la experimentación en el podcast. Y me atreví a lanzar dos premisas de partida: la primera afirma que la condición que un podcast debe cumplir para empezar a ser considerado como experimental es tener una actitud de irreverencia frente a la tradición, y la segunda, que un podcast es más experimental en la medida en que incorpore más rasgos experimentales (o aspectos inusuales).
Óscar Iván Pérez H. es director del laboratorio creativo Peces fuera del agua, cofundador de la Comunidad de Oyentes y coproductor de Los podcasts que nos formaron. Lo encontrás en Twitter (X): @perezhoyos.
La búsqueda de dichos rasgos en los podcasts en español me condujo a una conclusión preliminar que tiene una noticia buena y una mala. La buena es que sí hay experimentación en las producciones en nuestro idioma y la mala es que esa experimentación es escasa…
Hoy, poco más de un año después de haber enviado ese mensaje, me pregunto si en el tiempo transcurrido las producciones se han atrevido a romper el molde de su tradición, aunque sea un poco. Y, a manera de aproximación —no soy una IA que pueda escuchar todas y cada unas de las producciones lanzadas en los últimos doce meses—, analizaré qué rasgos experimentales incorporan los cinco podcasts nominados en la categoría Mejor Experimental en los Premios Ondas Globales 2024.
Empecemos por La depresión momposina, un podcast de RTVC y Cartagena Federal en el que Pedro Espinosa, acompañado de familiares y amigos, emprende una búsqueda para entender el origen y la naturaleza de su enfermedad mental: la bipolaridad. Desde un punto de vista experimental, el podcast se destaca por cambiar de género entre episodios, de tal manera que hay espacio para el relato personal, lo documental y —esto es muy interesante— la ficción. También se desmarca de lo tradicional al contar la historia a partir de dos narradores que se relevan la palabra e incluir reflexiones metapodcasteras y metaliterarias en diferentes episodios. De esta forma nos enteramos de las angustias y dilemas de los productores para cumplir lo pactado con RTVC y nos abren los ojos a una verdad de perogrullo que a veces olvidamos: incluso en los relatos basados en hechos reales hay dosis de ficción, ya que siempre hay una construcción, un artificio, una selección de cosas que se incluyen y otras que se dejan por fuera.
Pasemos ahora a Ecos (Podium Podcast y CaixaForum+), el segundo ensayo sonoro de Jorge Carrión. En esta ocasión, el catalán explora la cultura, la tecnología y la ciencia del mundo contemporáneo a través del sonido. Y lo hace con una fuerte carga musical, poética y de paisajes sonoros que lleva la experimentación con los sonidos a un nivel poco visto en el podcast en español. En Ecos también sobresale la presencia de sonidos no humanos, como el canto de los pájaros, la acústica del fondo del mar y el paisaje sonoro del capital, así como una atractiva narrativa que combina fragmentos de distinta naturaleza (aunque se vuelve repetitiva, debido a la estructura fija de sus episodios). Su entrega especial, publicada siete meses después del final de temporada, nos sorprende con un cambio de género al jugar con las posibilidades del documental en las Islas Galápagos, Ecuador, en donde Carrión además asume el rol de entrevistador de animales.
El turno ahora es para Spectrum, de Soledad Ruiz. Desde una visión filosófica y poética, el podcast aborda cuestiones relacionadas con el sonido y la manera en que nos afecta. Al igual que Ecos, quizás el rasgo experimental más destacado de Spectrum sea el uso del sonido, en este caso explorando instrumentos musicales de diferentes culturas, la voz humana y el ruido. Soledad también apuesta por narrativas no lineales con estructuras cambiantes y por la realización de tres episodios adicionales basados en sonidos sin narración. Una apuesta discutible del podcast se encuentra en su lenguaje y tono formales, los cuales lo acercan mucho más al artículo académico que al ensayo de divulgación. Ésto, combinado con sus frecuentes referencias a la Alta Cultura, lo hacen un poco abstracto y pesado para un público acostumbrado a producciones más “fáciles” de escuchar.
El podcast de Amazondas (Radio Amazondas) fue la producción que se quedó con la categoría a Mejor Experimental de este año por —según los Premios Ondas— “multiplicar las posibilidades de la radio comunitaria a partir del podcast llevando su capacidad de transformación social al siguiente nivel”. El podcast se hace a partir de reportajes, entrevistas y paseos sonoros desde una comunidad campesina que vive a orillas del río Amazonas en la selva peruana, y sorprende con formatos cambiantes dentro de la no ficción: unas veces los episodios se basan en recorridos por el territorio en los que miembros de la comunidad, incluidos menores de edad, indagan sobre las problemáticas y la cultura local; otras veces aparecen charlas con una o varias personas, testimonios de supervivencia, acompañamiento a protestas sociales por las calles y hasta un making of en busca de sonidos para el podcast. En Amazondas también hay espacio para la improvisación, los relatos sin narrador y la producción en colaboración con la comunidad. El proyecto quizás sea más inusual cuando se le compara con podcasts nativos que cuando se lo compara con producciones de radios comunitarias.
Y, por último, nos topamos con Recursos Humanos, el único podcast de ficción entre los nominados. Su trama se desarrolla en una preparación asfixiante para una presunta entrevista de trabajo. Haciendo eco en el chiste que le tira Juani Isern, —en su columna El Entrevistador— a Jesús Matsuki, realizador del podcast, quizás el rasgo más experimental que tiene el trabajo es que nadie lo entiende la primera vez que lo escucha (y a veces tampoco la segunda ni la tercera). Pero, hablando en serio, la confusión en la que queda el oyente no se debe a un problema del show, sino a una virtud: su historia es enigmática, misteriosa, ambigua, de manera que se presta para múltiples interpretaciones (Isern va por la del sistema opresivo; yo me inclino por la del purgatorio). Y la experimentación no se detiene ahí: inicialmente el podcast consistía en un solo episodio de dos escenas largas —al estilo de Birdman en el cine—, pero luego Jesús y su equipo sorprendieron con una precuela y un epílogo que ofrecen más elementos para la interpretación, y enmarcan al proyecto en una narrativa cambiante en la que son protagonistas la descolocación reiterada del oyente y la potencia del diseño sonoro.
¿Qué podemos concluir de lo dicho? Podemos decir que en el último año hay ejemplos interesantes de experimentación en el podcast en español y que se puede experimentar dentro de distintos formatos y géneros. De hecho, una de las líneas de experimentación más interesantes que vimos fue la combinación de formatos y géneros dentro de una misma producción. También resaltó la apuesta por narrativas que rompen el orden cronológico de los hechos y el juego con el sonido (algo que extrañé bastante en La depresión momposina y Amazondas). También me hicieron falta más podcasts sin guion, más episodios sin narrador y más proyectos que borren las fronteras que separan la ficción de la no ficción.
Ahora bien, no podemos concluir que la experimentación sea una de las características principales del podcast en nuestro idioma, simplemente porque existen cinco ejemplos destacados. Para nada. Quizás por debajo de estos casos no haya mucho más de qué hablar. Comprobar esta idea, no obstante, rebasa los alcances de este texto y de mi capacidad de escucha. Quizás mi tarea termine aquí y empiece la de la Inteligencia Artificial.
Hoy, poco más de un año después de haber enviado ese mensaje, me pregunto si en el tiempo transcurrido las producciones se han atrevido a romper el molde de su tradición, aunque sea un poco. Y, a manera de aproximación —no soy una IA que pueda escuchar todas y cada unas de las producciones lanzadas en los últimos doce meses—, analizaré qué rasgos experimentales incorporan los cinco podcasts nominados en la categoría Mejor Experimental en los Premios Ondas Globales 2024.
Empecemos por La depresión momposina, un podcast de RTVC y Cartagena Federal en el que Pedro Espinosa, acompañado de familiares y amigos, emprende una búsqueda para entender el origen y la naturaleza de su enfermedad mental: la bipolaridad. Desde un punto de vista experimental, el podcast se destaca por cambiar de género entre episodios, de tal manera que hay espacio para el relato personal, lo documental y —esto es muy interesante— la ficción. También se desmarca de lo tradicional al contar la historia a partir de dos narradores que se relevan la palabra e incluir reflexiones metapodcasteras y metaliterarias en diferentes episodios. De esta forma nos enteramos de las angustias y dilemas de los productores para cumplir lo pactado con RTVC y nos abren los ojos a una verdad de perogrullo que a veces olvidamos: incluso en los relatos basados en hechos reales hay dosis de ficción, ya que siempre hay una construcción, un artificio, una selección de cosas que se incluyen y otras que se dejan por fuera.
Pasemos ahora a Ecos (Podium Podcast y CaixaForum+), el segundo ensayo sonoro de Jorge Carrión. En esta ocasión, el catalán explora la cultura, la tecnología y la ciencia del mundo contemporáneo a través del sonido. Y lo hace con una fuerte carga musical, poética y de paisajes sonoros que lleva la experimentación con los sonidos a un nivel poco visto en el podcast en español. En Ecos también sobresale la presencia de sonidos no humanos, como el canto de los pájaros, la acústica del fondo del mar y el paisaje sonoro del capital, así como una atractiva narrativa que combina fragmentos de distinta naturaleza (aunque se vuelve repetitiva, debido a la estructura fija de sus episodios). Su entrega especial, publicada siete meses después del final de temporada, nos sorprende con un cambio de género al jugar con las posibilidades del documental en las Islas Galápagos, Ecuador, en donde Carrión además asume el rol de entrevistador de animales.
El turno ahora es para Spectrum, de Soledad Ruiz. Desde una visión filosófica y poética, el podcast aborda cuestiones relacionadas con el sonido y la manera en que nos afecta. Al igual que Ecos, quizás el rasgo experimental más destacado de Spectrum sea el uso del sonido, en este caso explorando instrumentos musicales de diferentes culturas, la voz humana y el ruido. Soledad también apuesta por narrativas no lineales con estructuras cambiantes y por la realización de tres episodios adicionales basados en sonidos sin narración. Una apuesta discutible del podcast se encuentra en su lenguaje y tono formales, los cuales lo acercan mucho más al artículo académico que al ensayo de divulgación. Ésto, combinado con sus frecuentes referencias a la Alta Cultura, lo hacen un poco abstracto y pesado para un público acostumbrado a producciones más “fáciles” de escuchar.
El podcast de Amazondas (Radio Amazondas) fue la producción que se quedó con la categoría a Mejor Experimental de este año por —según los Premios Ondas— “multiplicar las posibilidades de la radio comunitaria a partir del podcast llevando su capacidad de transformación social al siguiente nivel”. El podcast se hace a partir de reportajes, entrevistas y paseos sonoros desde una comunidad campesina que vive a orillas del río Amazonas en la selva peruana, y sorprende con formatos cambiantes dentro de la no ficción: unas veces los episodios se basan en recorridos por el territorio en los que miembros de la comunidad, incluidos menores de edad, indagan sobre las problemáticas y la cultura local; otras veces aparecen charlas con una o varias personas, testimonios de supervivencia, acompañamiento a protestas sociales por las calles y hasta un making of en busca de sonidos para el podcast. En Amazondas también hay espacio para la improvisación, los relatos sin narrador y la producción en colaboración con la comunidad. El proyecto quizás sea más inusual cuando se le compara con podcasts nativos que cuando se lo compara con producciones de radios comunitarias.
Y, por último, nos topamos con Recursos Humanos, el único podcast de ficción entre los nominados. Su trama se desarrolla en una preparación asfixiante para una presunta entrevista de trabajo. Haciendo eco en el chiste que le tira Juani Isern, —en su columna El Entrevistador— a Jesús Matsuki, realizador del podcast, quizás el rasgo más experimental que tiene el trabajo es que nadie lo entiende la primera vez que lo escucha (y a veces tampoco la segunda ni la tercera). Pero, hablando en serio, la confusión en la que queda el oyente no se debe a un problema del show, sino a una virtud: su historia es enigmática, misteriosa, ambigua, de manera que se presta para múltiples interpretaciones (Isern va por la del sistema opresivo; yo me inclino por la del purgatorio). Y la experimentación no se detiene ahí: inicialmente el podcast consistía en un solo episodio de dos escenas largas —al estilo de Birdman en el cine—, pero luego Jesús y su equipo sorprendieron con una precuela y un epílogo que ofrecen más elementos para la interpretación, y enmarcan al proyecto en una narrativa cambiante en la que son protagonistas la descolocación reiterada del oyente y la potencia del diseño sonoro.
¿Qué podemos concluir de lo dicho? Podemos decir que en el último año hay ejemplos interesantes de experimentación en el podcast en español y que se puede experimentar dentro de distintos formatos y géneros. De hecho, una de las líneas de experimentación más interesantes que vimos fue la combinación de formatos y géneros dentro de una misma producción. También resaltó la apuesta por narrativas que rompen el orden cronológico de los hechos y el juego con el sonido (algo que extrañé bastante en La depresión momposina y Amazondas). También me hicieron falta más podcasts sin guion, más episodios sin narrador y más proyectos que borren las fronteras que separan la ficción de la no ficción.
Ahora bien, no podemos concluir que la experimentación sea una de las características principales del podcast en nuestro idioma, simplemente porque existen cinco ejemplos destacados. Para nada. Quizás por debajo de estos casos no haya mucho más de qué hablar. Comprobar esta idea, no obstante, rebasa los alcances de este texto y de mi capacidad de escucha. Quizás mi tarea termine aquí y empiece la de la Inteligencia Artificial.
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