Podcasts que desaparecen en Podium Podcast, números dudosos en el daily "Hoy en El País". Nulas respuestas y demasiados rumores, ante problemas que impactan a todo el ecosistema hispanohablante.
El 28 de junio, muy de a poco, nos fuimos enterando que algunos programas Podium Podcast habían desaparecido: sus feeds estaban vacíos o faltaban montones de episodios. Aquí hay dragones, Mi año favorito, El descampao y Gabinete de curiosidades eran los afectados. Dudas, preguntas de los fans y una ausencia de explicaciones oficiales fue lo que tuvimos por esos días. Las tres cuestiones perduran, si bien pasaron cosas diferentes con cada uno de esos cuatro podcasts y pudimos averiguar parte de lo ocurrido (para contar apenas lo posible). Volveremos sobre el tema.
El 30 de octubre, en la edición de ese día de Podnews (newsletter de noticias, referente para todo el mundo podcast, creado y editado por James Cridland), nos enteramos que a través de descargas automáticas, al visitar el sitio del diario (elpais.com), el daily Hoy en El País inflaba sus cifras de descargas. Un programa que habitualmente sorprende con sus cifras de audiencia, siendo hace tiempo el más escuchado de España en su rubro. De nuevo: volveremos sobre esto. Antes quiero contar un par de cosas.
El trabajo como periodista de podcast implica construir confianza (más aún cuando este rol no abunda en el ecosistema), tejer relaciones, comprender los intereses y los poderes existentes, medir cuando algo se puede publicar o no (y el efecto que puede generar). Y, en particular, cuidar la confianza construida. Muchas personas que leen esta nota saben, por lo que hice en estos años, que esa confianza se cuida. Sé muchas cosas y me las guardo, es tan complejo y tan sencillo como eso. Esto no es periodismo de espectáculos, un programa de chimentos o una revista sensacionalista.
“¿Y las fuentes cuáles son?”, preguntó atinadamente alguien en Twitter/X. Las fuentes son propias, todas personas que trabajan en podcast en España, con conocimiento de los hechos y las personas, de primera, segunda o tercera mano. Todas personas en las que confío, con las que en estos cuatro años de trabajo en Escucha Podcast hablamos, intercambiamos información, opiniones, lecturas y tenemos confianza. Sé que esas personas no me van a mentir (cuando dudan o no tienen algo concreto, me lo dicen) y sé también por sus trabajos que no pueden hablar. La vida profesional.
Por último, para pasar a contar lo importante (si no hiciste ya scroll hasta el siguiente apartado), vale decir que consulté a Podium/PRISA Audio por los canales que me indicaron. Pidiendo una versión oficial, ofreciendo un espacio para contar lo sucedido. En ambas ocasiones, a través de personas de confianza en común, me hicieron llegar (así se manejan) que no iban a hablar de ninguno de los dos temas. Somos adultos, sabemos qué peso tienen estas decisiones y está bien empezar diciendo —si bien me explayaré al final de la nota— que prácticas como estas, alejadas de todo profesionalismo, no ayudan al mundo del podcast.
Los mensajes de los podcasts a los oyentes eran crípticos, aducían cuestiones “por encima de nuestra voluntad” y “problemas ajenos” a la producción de los podcasts. Los tuits de ese día (incluyendo uno de la noche anterior) están en este hilo, donde los fui compilando y comentando. A los pocos minutos, varias fuentes de confianza me acercaban la misma información, que cito textual de una de ellas: "Al parecer hay una batalla entre las entidades de gestión de los derechos musicales y algunos podcast que usan música comercial".
Las cosas tomaron otro color: por un lado, un conflicto de ese tipo implica cuestiones legales (y aquí la explicación de casi todos los silencios); por otro, podíamos entender que el uso de canciones con copyright —que en los cuatro programas era reiterado, llevaba años y era muy evidente— sería la explicación más lógica de lo ocurrido. Como pasó, y a veces aún pasa, con Spotify y algunos podcasts: ante la detección de música comercial, se da de baja el contenido. Es la práctica inicial habitual, en muchos casos automática. En este caso, con Podium Podcast, las cosas se dieron de otra manera pero sí fue evidente que ocurrió con todos los programas implicados al mismo tiempo. Como decía una vieja canción: y ya lo sabes, nada es casualidad.
Para que no queden dudas: ¿Cuál es el problema de usar canciones con copyright en los podcasts? Que para usarlas (no es que no se puede, como repetimos siempre) hay que contar con los derechos de reproducción globales de cada canción. Y eso, además de implicar trámites inagotables, sale carísimo. Ningún podcast justificaría la inversión. En general, mucha gente no le presta importancia al asunto, le ponen canciones a todo (como si fuera un programa de radio) y solo se enteran del tema cuando les dan de baja el podcast, o les señalan algún episodio, por infracción de derechos. En radio las cosas son diferentes: hay entidades gestoras de derechos musicales que cobran por autoría, intérpretes y productores (salvando las distancias entre países, y por citar solo dos ejemplos, hay entes recaudadores equivalentes en España y Argentina), esos derechos se pagan/cobran en forma local y asunto resuelto. Si alguien pensó que PRISA, grupo poseedor de tantos medios, tenía eso cubierto de alguna manera… esa sospecha se terminó con este asunto.
Algunos de los programas volvieron, están recuperándose y/o viviendo una nueva temporada. Uno de ellos no ha vuelto y todo indica que no volverá... No hay mucho más para contar del presente, pueden ir y ver los feeds de cada programa para comprender sus situaciones actuales. Los rumores siguen circulando —hasta arriesgando cifras por la demanda/negociación de derechos— en un pasilleo que no le sirve a nadie. Se terminaría rápidamente con alguna explicación oficial de Podium Podcast. Seguimos esperando y vuelvo a ofrecer este espacio, aunque seguramente tendrán vías de comunicación más efectivas para aclarar este lío.
El podcast, alojado en Triton Digital, integra a la vez el ranking de esa empresa para América Latina (en el puesto #12). Y según Podnews, cuenta con avisos programáticos, lo que implicaría que sus anunciantes tengan, muy probablemente, algunas preguntas respecto a esta situación.
Podnews refiere, además, un caso similar de 2018 con los sitios web de las radios de iHeartMedia. Al visitarlos, e inspeccionar los reproductores incrustados, descubrieron que los números de algunos programas estaban inflados al trackear descargas completas de podcasts, ocurridas con simplemente ingresar a la web. El detalle y las explicaciones técnicas de aquel caso: por acá.
Sin dar respuesta a las consultas de Podnews (me quedo tranquilo, PRISA es igual con todos), parece que la práctica cesó silenciosamente. Quedará por revisar, y espero en España se pongan pronto a hacerlo, qué ocurrió con las descargas de Titania: la ficción sonora branded, financiada por el Banco Santander, aparecía también en la home de la web de El País. No sea que esos fabulosos números de descargas, de uno de los podcasts sensación de los últimos años, hayan corrido la misma suerte…
Para navegar estos tiempos complejos, y tropezar lo menos posible, necesitamos certezas. Esas certezas, entre muchas otras, podemos encontrarlas obteniendo estadísticas confiables, números de reproducciones reales y mediciones según estándares internacionales. Porque con esos datos reales, precisos y (nuevo factor) limpios podemos tener, blanco sobre negro, algo para mostrarle a los anunciantes. Esos números concretos que nos permiten medir el impacto de un proyecto, conocer cómo alcanzamos a nuestra audiencia y desde qué bases podemos apuntar a construir una comunidad alrededor de un programa.
Las plataformas, de las que muchas veces dependemos (nos guste o no), tienen muy claro el problema: las estadísticas en podcast son viejas, es raro seguir midiendo descargas en 2024, necesitamos datos más precisos, finos y concretos. Las soluciones que aportan, vale decir, no son las mejores: Spotify no presenta datos abiertos, solo podemos ver en cada dashboard las estadísticas propias, los rankings funcionan con una serie de supuestos que conocemos a medias; YouTube tiene otro enfoque, las views están en cada video, los números son más grandes y el algoritmo premia cuestiones diferentes (además, no llegó a acuerdos con algunos hostings clásicos de podcast, por lo que la exportación es más compleja de lo esperado).
Necesitamos, en momentos como este, que las empresas que son referencia en Hispanoamérica marquen el camino. Un ecosistema podcastero regional (si esto existe, me gusta pensar que sí) funciona con distintos actores, de escala diversa y tamaños variados. Todos tienen que actuar de forma saludable. Podium Podcast y PRISA Audio son referentes fundamentales: no estamos hoy para enterarnos que están haciendo tan mal las cosas. ✦
👉Extra 1: Sobre el tema de las descargas del daily Hoy en El País publicaron algo en el último envío de AudioGen 3x3, newsletter de Luis Miguel Pedrero, Agustín Espada y Jorge Heili. Me quedé con un fragmento, si bien invito a leer todo el envío (y suscribirse para recibirlo los domingos), que dice esto sobre datos e industria:
"La industria debe identificar el rastreo de escuchas, y no tanto de descargas. Debe definir la forma de materializar en información el compromiso de los oyentes, sean cuantos sean, cuando seleccionan el contenido. La búsqueda obsesiva del número-por-el-número sólo sirve a corto plazo para mostrar resultados ante un anunciante, pero la estandarización y profesionalización de la medición de audiencias es una ganancia a largo plazo que beneficia a todos los implicados en esta industria."
No puedo estar más de acuerdo. Leer por acá y suscribirse aquí.
👉Extra 2: En aquellos días (entre finales de junio y comienzos de julio) me llamaron desde Xataka investigando el tema de los podcast desaparecidos en Podium. Conté lo que sabía, dentro de lo decible (agradezco la seriedad del medio, comprendiendo la situación). También aparece citado en la nota Jorge Marín, el querido Eove, dando sus pareceres: se lee por acá.
Introducción
Entre finales de junio y finales de octubre ocurrieron dos hechos muy particulares, de los que es muy complejo escribir y con los que tuve que apelar a las más viejas mañas de periodista.El 28 de junio, muy de a poco, nos fuimos enterando que algunos programas Podium Podcast habían desaparecido: sus feeds estaban vacíos o faltaban montones de episodios. Aquí hay dragones, Mi año favorito, El descampao y Gabinete de curiosidades eran los afectados. Dudas, preguntas de los fans y una ausencia de explicaciones oficiales fue lo que tuvimos por esos días. Las tres cuestiones perduran, si bien pasaron cosas diferentes con cada uno de esos cuatro podcasts y pudimos averiguar parte de lo ocurrido (para contar apenas lo posible). Volveremos sobre el tema.
El 30 de octubre, en la edición de ese día de Podnews (newsletter de noticias, referente para todo el mundo podcast, creado y editado por James Cridland), nos enteramos que a través de descargas automáticas, al visitar el sitio del diario (elpais.com), el daily Hoy en El País inflaba sus cifras de descargas. Un programa que habitualmente sorprende con sus cifras de audiencia, siendo hace tiempo el más escuchado de España en su rubro. De nuevo: volveremos sobre esto. Antes quiero contar un par de cosas.
Aclaraciones y labor periodística
Escribir esta nota no es fácil, por muchos motivos. No hay casi periodismo sobre podcast en español, menos aún que se ocupe de investigar temas complejos. A la vez, nadie quiere hablar: hay hermetismo de todas las partes (oyentes y fans hablan, rumorean, sospechan). Y por último pero no menos importante: nadie en España se quiere meter con el Grupo PRISA. Se oyen y leen críticas durísimas, hay decenas de personas con mucho para decir y opiniones filosas… pero siempre conversando en off. Y una de las prácticas periodísticas fundamentales es respetar las fuentes. Cuando quieren hablar, se publica. Cuando no quieren hacerlo podemos referir a fuentes reservadas, usar lo que nos cuentan para ir a preguntar (quizás haya alguien que sí quiera hablar en on) o guardar lo que nos cuentan para más adelante.El trabajo como periodista de podcast implica construir confianza (más aún cuando este rol no abunda en el ecosistema), tejer relaciones, comprender los intereses y los poderes existentes, medir cuando algo se puede publicar o no (y el efecto que puede generar). Y, en particular, cuidar la confianza construida. Muchas personas que leen esta nota saben, por lo que hice en estos años, que esa confianza se cuida. Sé muchas cosas y me las guardo, es tan complejo y tan sencillo como eso. Esto no es periodismo de espectáculos, un programa de chimentos o una revista sensacionalista.
“¿Y las fuentes cuáles son?”, preguntó atinadamente alguien en Twitter/X. Las fuentes son propias, todas personas que trabajan en podcast en España, con conocimiento de los hechos y las personas, de primera, segunda o tercera mano. Todas personas en las que confío, con las que en estos cuatro años de trabajo en Escucha Podcast hablamos, intercambiamos información, opiniones, lecturas y tenemos confianza. Sé que esas personas no me van a mentir (cuando dudan o no tienen algo concreto, me lo dicen) y sé también por sus trabajos que no pueden hablar. La vida profesional.
Por último, para pasar a contar lo importante (si no hiciste ya scroll hasta el siguiente apartado), vale decir que consulté a Podium/PRISA Audio por los canales que me indicaron. Pidiendo una versión oficial, ofreciendo un espacio para contar lo sucedido. En ambas ocasiones, a través de personas de confianza en común, me hicieron llegar (así se manejan) que no iban a hablar de ninguno de los dos temas. Somos adultos, sabemos qué peso tienen estas decisiones y está bien empezar diciendo —si bien me explayaré al final de la nota— que prácticas como estas, alejadas de todo profesionalismo, no ayudan al mundo del podcast.
Lo que sabemos y se puede contar
El asunto de los derechos musicales
Arranquemos con el caso de los podcasts desaparecidos. El 28 de junio de 2024, en la mañana española, cuatro podcasts amanecieron con sus feeds despejados: en un caso faltaban varios episodios, en otro una o dos temporadas, uno había desaparecido por completo, etc. Estaban offline, en distintas formas, Aquí hay dragones, Mi año favorito, El descampao y Gabinete de curiosidades.Los mensajes de los podcasts a los oyentes eran crípticos, aducían cuestiones “por encima de nuestra voluntad” y “problemas ajenos” a la producción de los podcasts. Los tuits de ese día (incluyendo uno de la noche anterior) están en este hilo, donde los fui compilando y comentando. A los pocos minutos, varias fuentes de confianza me acercaban la misma información, que cito textual de una de ellas: "Al parecer hay una batalla entre las entidades de gestión de los derechos musicales y algunos podcast que usan música comercial".
Las cosas tomaron otro color: por un lado, un conflicto de ese tipo implica cuestiones legales (y aquí la explicación de casi todos los silencios); por otro, podíamos entender que el uso de canciones con copyright —que en los cuatro programas era reiterado, llevaba años y era muy evidente— sería la explicación más lógica de lo ocurrido. Como pasó, y a veces aún pasa, con Spotify y algunos podcasts: ante la detección de música comercial, se da de baja el contenido. Es la práctica inicial habitual, en muchos casos automática. En este caso, con Podium Podcast, las cosas se dieron de otra manera pero sí fue evidente que ocurrió con todos los programas implicados al mismo tiempo. Como decía una vieja canción: y ya lo sabes, nada es casualidad.
Para que no queden dudas: ¿Cuál es el problema de usar canciones con copyright en los podcasts? Que para usarlas (no es que no se puede, como repetimos siempre) hay que contar con los derechos de reproducción globales de cada canción. Y eso, además de implicar trámites inagotables, sale carísimo. Ningún podcast justificaría la inversión. En general, mucha gente no le presta importancia al asunto, le ponen canciones a todo (como si fuera un programa de radio) y solo se enteran del tema cuando les dan de baja el podcast, o les señalan algún episodio, por infracción de derechos. En radio las cosas son diferentes: hay entidades gestoras de derechos musicales que cobran por autoría, intérpretes y productores (salvando las distancias entre países, y por citar solo dos ejemplos, hay entes recaudadores equivalentes en España y Argentina), esos derechos se pagan/cobran en forma local y asunto resuelto. Si alguien pensó que PRISA, grupo poseedor de tantos medios, tenía eso cubierto de alguna manera… esa sospecha se terminó con este asunto.
Algunos de los programas volvieron, están recuperándose y/o viviendo una nueva temporada. Uno de ellos no ha vuelto y todo indica que no volverá... No hay mucho más para contar del presente, pueden ir y ver los feeds de cada programa para comprender sus situaciones actuales. Los rumores siguen circulando —hasta arriesgando cifras por la demanda/negociación de derechos— en un pasilleo que no le sirve a nadie. Se terminaría rápidamente con alguna explicación oficial de Podium Podcast. Seguimos esperando y vuelvo a ofrecer este espacio, aunque seguramente tendrán vías de comunicación más efectivas para aclarar este lío.
El asunto de las descargas infladas
El 30 de octubre de 2024, en la edición de ese día de Podnews, newsletter de James Cridland (principal referencia informativa del mundo podcast), nos contaron que los impactantes números declarados por el daily Hoy en El País no eran tales. O sí eran pero estaban mágicamente agrandados: al visitar el sitio del diario (elpais.com), en la versión móvil, se descargaba el episodio del daily de ese día sin intervención alguna del usuario. La captura de pantalla que sigue corresponde a Podnews:El podcast, alojado en Triton Digital, integra a la vez el ranking de esa empresa para América Latina (en el puesto #12). Y según Podnews, cuenta con avisos programáticos, lo que implicaría que sus anunciantes tengan, muy probablemente, algunas preguntas respecto a esta situación.
Podnews refiere, además, un caso similar de 2018 con los sitios web de las radios de iHeartMedia. Al visitarlos, e inspeccionar los reproductores incrustados, descubrieron que los números de algunos programas estaban inflados al trackear descargas completas de podcasts, ocurridas con simplemente ingresar a la web. El detalle y las explicaciones técnicas de aquel caso: por acá.
Sin dar respuesta a las consultas de Podnews (me quedo tranquilo, PRISA es igual con todos), parece que la práctica cesó silenciosamente. Quedará por revisar, y espero en España se pongan pronto a hacerlo, qué ocurrió con las descargas de Titania: la ficción sonora branded, financiada por el Banco Santander, aparecía también en la home de la web de El País. No sea que esos fabulosos números de descargas, de uno de los podcasts sensación de los últimos años, hayan corrido la misma suerte…
Pierde la industria, perdemos todos
Estamos en un momento complejo del podcast, como ecosistema, como industria, como escena toda. Debemos resolver algunos dilemas en los que se define el futuro de muchos proyectos y empresas: cómo adaptarse al crecimiento imparable de las herramientas de inteligencia artificial y, resumiendo, de qué manera subirse o bajarse a la tendencia irreversible del video. Hay más cuestiones, algunas (de igualmente dificultosa resolución) nos acompañan hace años y se suman a estos dos grandes asuntos que podemos señalar como refundacionales.Para navegar estos tiempos complejos, y tropezar lo menos posible, necesitamos certezas. Esas certezas, entre muchas otras, podemos encontrarlas obteniendo estadísticas confiables, números de reproducciones reales y mediciones según estándares internacionales. Porque con esos datos reales, precisos y (nuevo factor) limpios podemos tener, blanco sobre negro, algo para mostrarle a los anunciantes. Esos números concretos que nos permiten medir el impacto de un proyecto, conocer cómo alcanzamos a nuestra audiencia y desde qué bases podemos apuntar a construir una comunidad alrededor de un programa.
Las plataformas, de las que muchas veces dependemos (nos guste o no), tienen muy claro el problema: las estadísticas en podcast son viejas, es raro seguir midiendo descargas en 2024, necesitamos datos más precisos, finos y concretos. Las soluciones que aportan, vale decir, no son las mejores: Spotify no presenta datos abiertos, solo podemos ver en cada dashboard las estadísticas propias, los rankings funcionan con una serie de supuestos que conocemos a medias; YouTube tiene otro enfoque, las views están en cada video, los números son más grandes y el algoritmo premia cuestiones diferentes (además, no llegó a acuerdos con algunos hostings clásicos de podcast, por lo que la exportación es más compleja de lo esperado).
Necesitamos, en momentos como este, que las empresas que son referencia en Hispanoamérica marquen el camino. Un ecosistema podcastero regional (si esto existe, me gusta pensar que sí) funciona con distintos actores, de escala diversa y tamaños variados. Todos tienen que actuar de forma saludable. Podium Podcast y PRISA Audio son referentes fundamentales: no estamos hoy para enterarnos que están haciendo tan mal las cosas. ✦
👉Extra 1: Sobre el tema de las descargas del daily Hoy en El País publicaron algo en el último envío de AudioGen 3x3, newsletter de Luis Miguel Pedrero, Agustín Espada y Jorge Heili. Me quedé con un fragmento, si bien invito a leer todo el envío (y suscribirse para recibirlo los domingos), que dice esto sobre datos e industria:
"La industria debe identificar el rastreo de escuchas, y no tanto de descargas. Debe definir la forma de materializar en información el compromiso de los oyentes, sean cuantos sean, cuando seleccionan el contenido. La búsqueda obsesiva del número-por-el-número sólo sirve a corto plazo para mostrar resultados ante un anunciante, pero la estandarización y profesionalización de la medición de audiencias es una ganancia a largo plazo que beneficia a todos los implicados en esta industria."
No puedo estar más de acuerdo. Leer por acá y suscribirse aquí.
👉Extra 2: En aquellos días (entre finales de junio y comienzos de julio) me llamaron desde Xataka investigando el tema de los podcast desaparecidos en Podium. Conté lo que sabía, dentro de lo decible (agradezco la seriedad del medio, comprendiendo la situación). También aparece citado en la nota Jorge Marín, el querido Eove, dando sus pareceres: se lee por acá.
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